La infancia, nuestra primera tribu

En nuestros días, pensar la infancia, como concepto, implica una comprensión profunda de las necesidades, derechos y deberes que comprometen el desarrollo integral de niñas y niños. Cuando se atraviesa el periodo de la infancia, en el mejor de los escenarios, se goza de ciertas libertades, protecciones y accesos, pero también se construye conciencia social y sentido del deber. 

Pero, no fue hasta el siglo XVIII cuando se comenzó a hablar del concepto de infancia, antes de este periodo, la cultura occidental se desentendió de los niños, en el ámbito social, económico y cultural, y en este último campo, la literatura infantil, de la cual nos interesa hablar, no existía como tal. Graciela Montes en El corral de la infancia explora esta inexistencia: Hasta entonces habría sido insólito que a un escritor se le hubiese ocurrido escribir para niños, los niños recibían, en forma indiscriminada, los mensajes que se cruzaban entre los grandes […] es de imaginar que esos mensajes resultaban en parte incomprensibles y en parte apasionantes, como siempre es para los chicos todo lo que pertenece al mundo de los grandes.

Afortunadamente, hoy la infancia interesa y muchos adultos se han especializado en la evolución, los procesos cognitivos, la psicología y necesidades de niñas y niños, entre otras cuestiones, porque como bien dice Montes, una cosa es declamar la infancia y otra muy diferente es tratar con niños.  En el ámbito de la literatura, específicamente en la infantil, las infancias protagonistas también sufrieron cambios significativos, dejaron de ser personajes adoctrinados y pasivos, para convertirse en sujetos de derecho y acción.  

En nuestro imaginario entonces, al habitar y estudiar la infancia, se está explorando un terreno complejo, con desafíos, necesidades y aprendizajes, es, como dijo la novelista y académica Alison Lurie, pertenecer a una tribu semisalvaje y muy especial, antigua y ampliamente extendida, es nuestra primera tribu, con sus propias costumbres, hábitos y ritos, su folklore y sus textos sagrados. Un grupo en el que se comparten deseos, se conquistan nuevos terrenos, se trazan líneas y espacios propios, es nuestra tribu fundacional, la matriz de lo que comienza a ser nuestra historia personal.

A continuación, exploramos seis títulos que construyen infancias, honrando la diversidad y la complejidad que significa ser niña o niño: realidades complejas, esperanzadoras, genuinas, rebeldes, curiosas, en represión, pero sobre todo conscientes.

Infancias migrantes

El viaje de Francesca Sanna, editorial Impedimenta 

Este precioso álbum relata la difícil historia de una familia que, producto de la guerra, debe abandonar su propio hogar en busca de un lugar seguro. La protagonista es una niña, que, sorprendida y asumida en su desgracia, junto a su hermano y su mamá, cuenta lo complejo que significa para ella migrar: guardar lo que amas en una maleta y dejarlo todo atrás. 

A través de una voz poética y con delicadas ilustraciones, esta obra sumerge al lector en la oscuridad de la noche, en el miedo a lo desconocido y en lo infinito y salvaje que se vuelve el mar cuando toca atravesarlo. Es un viaje muy largo, repleto de obstáculos, angustia y miedos, y las tonalidades con los que se ilustra, ayudan a suscitar estas emociones.

“Logramos llegar a la frontera ¡Era un muro enorme, como una gran puerta! Pero esa puerta jamás se abriría… Sí queríamos pasar, ¡Tendríamos que escalar!”

Una historia que surge a partir de muchas entrevistas realizadas por la propia autora a migrantes y refugiados, que busca contar las vivencias de aquellos que deben abandonar su propio hogar en busca de un destino más esperanzador y del enorme valor que significa tomar esta decisión. Francesa Sanna, obtuvo por este título la Medalla de oro de la Sociedad de ilustradores de Nueva York.

 

“Desde el tren miro hacia arriba y contemplo las bandadas de pájaros que parecen seguirnos…Ellos emigran con nosotros. Su viaje, como el nuestro es muy largo, pero no tienen que cruzar ninguna frontera”

Infancias genuinas

El mundo es redondo traducción de Verónica Zondek, editorial Bisturí 10

Publicado por primera vez en el año 1939 por la escritora estadounidense, Gertrude Stein, pionera en la literatura modernista, hoy lo encontramos en una hermosa edición traducida por Verónica Zondek e ilustrada por Constanza Fuenzalida. 

Esta novela infantil nos cuenta la historia de Rose, una niña muy sensible y aventurera que nos sumerge en lo profundo y genuino del universo poético infantil, mágico, lleno de complejidad, humor y belleza. Rose ama cantar, y a diferencia de muchos de nosotros, también ama llorar, le incomoda el silencio y necesita aferrarse a algo, mientras el mundo sigue girando.

Un libro muy rosado, en honor a la protagonista, con ilustraciones y texto en tonos azulados, al igual que sus hermosos ojos, y que representa todo un desafío en su lectura. Una frase que podría definir esta idea es “Había una vez un mundo que era redondo y en él podrías dar vueltas y vueltas sin parar a respirar”, esto es justamente lo que se siente al leerlo. Escrito libre de pausas, con muchas repeticiones y aflorando oralidad, apela al ritmo y al juego de sonidos, con palabras que giran y giran, tal como el mundo, redondo. 

Quizás la experiencia lectora de esta obra sea diferente para un adulto y para un niño o niña. Para ellos/as, podría resultar más natural la entrada a este universo libre de jerarquías. En la lectura de un adulto, es más probable la detención y el análisis en cada capítulo. Pero no cabe duda que ambas experiencias, infancias o adultas, lograrán encantarse con la poesía, la fuerza y belleza de cada palabra y de cada sonido. 

 

Este maravilloso libro, obtuvo la medalla Colibrí versión 2021 en la Categoría Traducción. 

“Un mundo en que se enseña que el mundo es redondo, el sol es redondo, la luna es redonda y las estrellas son redondas, y que todas daban vueltas y vueltas y ni un ruido”

Infancias conscientes

El mapa secreto de las cosas de María José Navia, ilustrado por Fabián Rivas, editorial Amanuta 

Solo hay que estar en el lugar y el momento preciso, esta es la fórmula necesaria para que se cumpla lo que anhelas, en un pueblo donde a diario, se hacen realidad los deseos sin necesidad de tener un lugar especial: Lluvia de caramelos, mascotas extraviadas de regreso, pérdida de peso, personas millonarias, encuentros con dinosaurios, desaparición de la escuela, son algunos de los deseos cumplidos en el pueblo. 

Mateo, un niño muy curioso y preocupado por los demás, amante de los lápices de colores y desconfiado de la tecnología, se propone la tarea de crear un mapa y trazar la huella de cada lugar en el que se ha hecho realidad alguna cosa. Él cree fervientemente que existe una lógica entre cada evento, una especie de patrón que conecta a los deseantes beneficiados.

Mateo no da cabida a la casualidad. Toma apuntes, subraya cada detalle, diferencia entre colores lo que va sucediendo, intentando descubrir cómo sucede lo que sucede, y así estar preparado, en caso de ser el elegido. A pesar de estar muy preocupado por estos mágicos acontecimientos, nuestro protagonista, muy generoso, carga con el estado depresivo de su padre y todo el tiempo intenta, lejos de cualquier capricho considerado infantil, utilizar su única oportunidad para devolverle la sonrisa a su papá. 

“El portal no podía encontrarte ni con dudas, ni con deseos fáciles. Porque una vez pasado el momento, la oportunidad estaba perdida”.

Una novela con mucha gracia, sobre la amistad, la ternura y la esperanza de ayudar a un ser querido, porque a pesar de ser niño(a), se puede ser muy consciente con lo que se anhela.

Esta hermosa historia, el pasado 2021 obtuvo la medalla colibrí en la Categoría Ficción Infantil.

 

“Porque si la tristeza es a veces un mapa sin colores, la esperanza era su estuche siempre llenito de lápices”

Infancia vulnerada

Amor de Gian Berto Vanni 

Escrito hace más de 50 años, pero fue y es considerado muy innovador en su diseño y en su materialidad. 

Amor es la historia de una niña de nueve años que al ser abandonada por su familia llega a vivir a un orfanato. Allí, solitaria e inusual observa a las personas con sus grandes ojos. Su comportamiento no es el mejor, de hecho, hace cosas que no están bien, y la gente tampoco se porta bien con ella. No es una niña bonita y nunca nadie le comparte palabras bonitas, tampoco juegan con ella, más bien la consideran un poco rara.

Una historia dulce y conmovedora, porque a pesar de explorar una infancia vulnerada, nos comparte un mensaje de esperanza y responsabilidad para todos quienes estamos comprometidos con garantizar los derechos infantiles y las infancias seguras.

Nada igual existía en los años en que fue editada esta obra, el diseño, la forma, los calados por página, los colores, toda una obra de arte y que, según su autor, asustó a muchos “asustó a todo el mundo. Las páginas se imprimían de manera individual, la encuadernación era un gran problema, cortar los agujeros, otra dificultad. Les Editions du Seuil lo intentó, sin éxito, todo el mundo se dio por vencido, sólo Tisné tuvo el valor, diez años más tarde, para que se convirtiera en una realidad”.

Amor obtuvo el premio a mejor traducción lista de Honor IBBY 2014 -2015, sección Chile y el
Premio al mejor libro infantil hasta 12 años, FILSA 2015.

 

Infancias rebeldes

La Cocina de Noche de Maurice Sendak 

Nos consideramos fanáticas de Maurice Sendak por ser un magnífico escritor e ilustrador, pero también por entregarle autonomía a sus personajes infantiles, demostrando pleno respeto por la infancia, no subestimando y dándoles la posibilidad de cuestionar el mundo adulto. En el caso de Max quien discrepa con su madre y decide huir de casa y transformarse en el Rey de los Monstruos, o Miguel protagonista de la La cocina de noche un niño curioso, atrevido, aventurero quien es dueño de sus acciones y desafía la rutina nocturna, esa que está prohibida para los más pequeños. 

Cuando Sendak tenía once años, en la feria de NY quedó fascinado ante el escaparate de la pastelería Sunshine Bakers, cuyo lema era «Nosotros horneamos para ti mientras tú duermes». Este libro fue una especie de venganza: «Ahora soy lo bastante mayor para quedarme despierto por la noche y saber qué pasa en la cocina de noche» es así como el pequeño Miguel disfruta cada momento de esta dulce y crujiente venganza.

Un álbum que invita a detenerse y observar con calma cada detalle, forma, textura y color. Las ilustraciones son realmente alucinantes, la cocina se convierte en ciudad y los víveres e implementos de cocina personifican edificios tan altos como los de New York, en los que incluso podemos identificar algunos niños observando lo que sucede desde sus ventanas.  

El paso del tiempo, es otra característica que rescatamos en este álbum, al más puro estilo de Sendak, oscila entre la aceleración de las secuencias en las viñetas y lo sereno de las dobles páginas sin texto en que la imagen desborda, todo muy “elástico” y melódico, al igual que el canto de los panaderos cada vez que consiguen la leche ¡Más leche, Sí, ¡Más leche! ¡Más leche en el pastel!

Infancias en dictadura

La Composición” de Antonio Skármeta, editorial Ekaré

Si bien la primera vez fue escrito a fines de los años 70 y editado en Francia, hoy lo encontramos en nuestro país en formato álbum y destinado al público infantil. Una historia situada en la dictadura militar chilena, que cuenta la historia de Pedro, un niño al que le gusta mucho jugar a la pelota con sus amigos, y que poco a poco, comienza a entender el complejo escenario en el que se encuentra, junto a sus padres y sus vecinos.

Pedro, observa que cada noche su mamá y papá, a veces solos, a veces acompañados por amigos, escuchan la radio, la señal pareciera que viene viajando desde muy lejos y con mucha dificultad. Él muy intrigado, intenta entender qué está sucediendo ¿qué se dice en la radio? ¿por qué se oye tan mal?

Un día la escuela de Pedro es intervenida por militares, quienes le piden a niñas y niños que escriban una composición sobre “lo que hace mi familia por las noches”, y prometiendo premiar “la mejor composición”.  Un ejercicio muy simple y común en nuestras infancias.

Vecinos detenidos por estar en contra de la dictadura, presencia militar en el entorno infantil, signos de caos y represión, son imágenes simbólicas y con gran resonancia que se van volviendo más comunes a medida que avanzamos en nuestra lectura, y que le permiten a Pedro, nuestro protagonista, ir armando su propio rompecabezas.

La composición, no es solo un álbum infantil, también es una historia muy significativa, que aborda desde la mirada infantil lo que significa estar “en contra de” y las terribles consecuencias que conlleva el pensar diferente. Las ilustraciones, de Alfonso Ruano, aportan realidad al texto, ya que parecen tomadas de un reportaje fotográfico, a veces crudas, a veces dramáticas, pero por sobre todo, ayudan a que el lector empatice con el entorno emocional de los personajes.  

 

 “Pedro ya había escuchado eso de contra la dictadura. Lo decía la radio por las noches, muchas veces. Pero no sabía muy bien qué quería decir”

Referencias utilizadas por orden en este texto:

Montes, Graciela. El corral de la infancia (2001). Fondo de cultura Económica.

Escrito por: Melissa Cárdenas

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