Libre de cualquier tabú, Genichiro Yagyu revela cómo son esos agujeros, por qué tienen pelos, cómo se forman los mocos, por qué a veces sangran, cómo funciona el sistema respiratorio, entre otras ideas.
Otra aspecto que también resulta admirable y muy divertida, además de frases como los mocos son sucios porque están hechos de suciedad y aunque los coloquemos así, de una manera tan aseada, siguen siendo sucios, es la interacción que provoca con el/la lector/ra, porque le invita a realizar algunos ejercicios para comprobar lo que está contando, por ejemplo, taparse los agujeros de la nariz con las manos y pronunciar las emes y las enes. Se darán cuenta que suena bastante raro, pero es divertido.
Entonces, si tu pequeña/o adora meterse elementos diminutos en la nariz, este libro es un imperdible para tu hogar, porque libre de amenazas y sin intención de generar miedos, ayudará a mantener despejados ambos agujeros de la nariz, por decisión propia (y a disfrutar de un buen momento de lectura).
Si os metéis semillas de araucaria por los agujeros de la nariz, éstas crecerán y germinarán, lo que seguramente no será nada de agradable ¡No quiero ni pensarlo!