Tres feroces bandidos, armados, con sombreros negros y terribles armas, atemorizan a la población con sus asaltos y fechorías. Un día, como es habitual para ellos, asaltan un carruaje, pero este no cargaba objetos de valor, solamente viajaba una niña. Pero como su naturaleza es robar, deciden llevársela, sin saber que ese secuestro les cambiaría la vida para siempre.
Este maravilloso libro acerca el lenguaje infantil desde la sencillez de sus ilustraciones y formas, generando una atmósfera perfecta desde esa elección y no menos compleja, por cierto. Desde la portada y a partir de la ilustración de tres bandidos reunidos por la noche, el lector puede anticipar que se encuentra ante una historia de misterio, ya que los personajes no revelan sus rostros bajo esos inmensos gorros y capas. Luego, al pasar de las páginas, la descripción del texto no coincide con lo revelado por la ilustración, al parecer no son tan perversos, el lector acepta entonces la invitación a disfrutar de una historia que oscila entre el peligro y la ironía.